La secreción de sudor por las glándulas sudoríparas como medio de refrigeración corporal recibe el nombre de transpiración, sin embargo cuando esta sudoración es profusa, se conoce médicamente, como diaforesis o hiperhidrosis.
Causas de la hiperhidrosis nocturna
La sudoración nocturna excesiva puede tener su origen en:
- Causa fisiológica, ya sea como resultado de una actividad física, una respuesta emocional ante estados de ansiedad o estrés, una temperatura ambiental elevada, una ingesta copiosa de alimentos o cambios hormonales producidos en determinadas etapas vitales (embarazo o menopausia), toma de ciertos medicamentos como los antidepresivos…
- Causa patológica, como síntoma de alguna enfermedad subyacente o como efecto secundario de determinados medicamentos, como puede ser el de la vacuna pfizer para el COVID tal y como se ha constatado recientemente.
En el caso de que esta sudoración profusa se produzca por la noche, estaríamos hablando de hiperhidrosis nocturna.

Tratamiento de la hiperhidrosis nocturna
Despertarse en mitad de la noche empapado en sudor es una situación más habitual de lo que imaginamos (hasta un 34% de adultos pueden tener sudores nocturnos). En la mayoría de casos no se trata de nada grave, aunque sí muy molesto e incómodo ya que, quien lo padece, se ve obligado a despertarse a media noche para cambiarse de ropa o, incluso, ducharse para intentar conciliar el sueño de nuevo.
En principio, no tiene por qué ser nada preocupante ya que “se puede observar hiperhidrosis (sudoración excesiva generalizada o localizada) diurna o nocturna en personas sanas. De hecho, tal y como comentábamos antes el sudor ayuda a equilibrar la temperatura corporal por medio de la transpiración.
No obstante hay una serie de recomendaciones y recursos que pueden ayudarte a mejorar tus condiciones a la hora de dormir como:
- Ventilar la habitación antes de acostarte.
- Usar prendas de vestir transpirables.
- Evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes que puedan estimular la producción de sudor.
- Reducir el estrés, la tensión y la ansiedad pues tienen efectos psicológicos directamente asociados a la sudoración.
- Duchas de agua fresca antes de ir a la cama.

Y, finalmente, si a pesar de todo lo apuntado no consigues mejorar esta sudoración excesiva, consulta con tu médico, para que pueda ofrecerte soluciones más efectivas, como determinados fármacos (medicamentos con propiedades anticolinérgicas o inoculación local de toxina botulínica), el láser, la iontoforesis (técnica basada en el movimiento de iones mediante corriente eléctrica) o la cirugía (simpatectomía transtorácica).
Aunque lo normal, es que este signo no refleje ninguna enfermedad, en determinados casos puede enmascarar alguna enfermedad o problema oculto, siempre que se acompañe de otros síntomas como pérdida de peso, cansancio, pérdida de apetito, dolores, …
Si la sudoración sucede como resultado de otra afección médica, estaríamos hablando de hiperhidrosis secundaria. Aquí hablamos de enfermedades como diabetes, linfomas, hipertiroidismo, infecciones, insuficiencias cardiacas, HIV, …
Por ello, si eres de los que sudan excesivamente por todo el cuerpo, y suele hacerlo de una manera más acusada por la noche (diaforesis nocturna), lo primero que tienes que hacer es identificar la causa de este incremento de la sudoración, para poder actuar sobre su origen.
Deja una respuesta