
Uno de los aspectos más llamativos de un bebé son sus mofletes, turgentes y redondeados, que irradian pura vitalidad. Esto es debido a que los compartimentos grasos de su cara están rellenos, bien colocados y las estructuras de la piel plenamente activas.
Sin embargo, a medida que crecemos todos nos vemos afectados por:
- El proceso natural del paso del tiempo.
- La gravedad, que provoca que los tejidos superficiales se deslicen hacia abajo desde su posición original respecto de los tejidos profundos, acentuado por el debilitamiento de los ligamentos que la sustentaban y la atrofia de las bolsas grasas profundas.
- La exposición solar, causa clara del envejecimiento prematuro de la piel.
- Realización de ejercicio intenso.
- Proceso de adelgazamientos más o menos intenso.
Todos estos factores afectan a la pérdida de volumen del rostro al disminuir las bolsas grasas del tercio medio de la cara, comenzando una ptosis o caída de las facciones:
- los pómulos bajan,
- aparecen arrugas y se acentúan los pliegues nasogenianos y la línea de marioneta.
- se pierda parte del contorno mandibular,
Todo ello desdibuja el ‘triángulo de la juventud’, que es la figura imaginaria que resulta de unir el punto más alto de cada pómulo con el centro de la barbilla.
Con 25 años, este triángulo (equilátero en la teoría, aunque nadie es completamente simétrico) apunta hacia abajo. A partir de esa edad, el rostro comienza a envejecer y en consecuencia, hacia los 40, el triángulo se ha invertido por completo.
Por esta razón, la dirección del triángulo facial es un indicador de la juventud de un rostro y los pómulos son un elemento esencial que afecta al mismo.

Para recuperar estos volúmenes y mantener la zona del pómulo alta y firme disponemos de distintas soluciones como los implantes o los productos de relleno como el ácido hialurónico o la hidroxiapatita cálcica.
- Los implantes pueden ser una buena solución en hombres porque fortalece la estructura ósea, lo que hace el rostro masculino más atractivo.
- Sin embargo, en las mujeres es mejor conseguir el volumen a través de rellenos de ácido hialurónico, para que las mejillas se muevan y no queden estáticas, generando un rostro poco natural. Gracias al ácido hialurónico se consigue marcar los pómulos y afinar el rostro al instante.
Cómo es el tratamiento de relleno de pómulos con ácido hialurónico
El relleno con ácido hialurónico es un tratamiento sencillo que se realiza generalmente en una sola sesión, con una duración que oscila entre los 30 y 45 minutos.
Como cualquier tratamiento estético, es imprescindible un análisis y diagnóstico previo para personalizar el procedimiento a las características únicas del paciente.
La zona del pómulo requiere de una evaluación cuidadosa del rostro para evitar esas caras de “ardilla” a causa del sobrellenado de los pómulos, especialmente al sonreír.
Es importante valorar si la paciente ha perdido las almohadillas grasas profundas de la zona y en caso afirmativo deberemos proceder a rellenarlas, para generar lo que llamaríamos “cimientos”.
Al igual que en un edificio hacen falta los cimientos para que se sostenga, aquí nos hace falta el tejido profundo, ya que si no lo creamos el resto del tratamiento que pudiéramos llevar a cabo se derrumbaría.
Así pues, para crear estos cimientos aplicamos inyecciones de ácido hialurónico de alta densidad colocándolo en zonas profundas, concretamente encima del hueso, en el espacio premaxilar para dar soporte. Esta parte tiene poca repercusión en el aspecto de los pómulos, porque su función es dar soporte.
A continuación colocamos otras pequeñas cantidades de la misma densidad a lo largo del arco cigomático, que es la zona del pómulo que va hacia las sienes. Y valoramos la infiltración de un pequeño punto en la zona de máxima proyección del pómulo, en el perfil 3/4, o medio perfil que es de lado pero sin llegar a ser perfil completo, con lo que se rejuvenece mucho la mejilla.

A partir de haber hecho esto, se puede poner otro tipo de hialurónico de menor densidad en lugares más superficiales, para dar contornos a la zona.
El tercio medio facial se beneficia y realza mucho de estos tratamientos, porque la recuperación del volumen y estructura de los pómulos mejora los surcos nasogenianos y los surcos lagrimales sin necesidad de infiltrarlos directamente, además de conseguir una hidratación profunda de la piel
Terminado el tratamiento, se realiza un leve masaje de la zona para “moldear” y distribuir el gel.
Cuidados posteriores al tratamiento
Todo el tratamiento se realiza con microcánulas y con anestesia local, por lo que es un procedimiento mínimamente invasivo, indoloro y con posibilidad de reincorporación inmediata a la vida normal.
No obstante, es recomendable seguir algunos cuidados para obtener los mejores resultados durante el mayor tiempo posible.

- Hidratación: Se recomienda la ingesta de agua los días posteriores al tratamiento para favorecer la capacidad de hidratación del ácido hialurónico de la zona tratada.
- Evitar fumar
- No realizar deporte intenso para que no se mueva el producto y para no perder agua del cuerpo.
- Los primeros días se recomienda dormir boca arriba para no desplazar y deformar el producto en los puntos donde se ha realizado la infiltración. Una forma útil de hacerlo es la utilización durante la noche de las almohadillas cervicales inflables que algunos utilizan en los viajes de larga duración.
- Usar protector solar
- No masajear la zona tratada
¿Quién puede someterse a un tratamiento de relleno de pómulos con ácido hialurónico?
El aumento de pómulos con ácido hialurónico no es un tratamiento exclusivo para personas mayores. De hecho muchas personas jóvenes lo utilizan para moldear las facciones de su rostro. A partir de los 30 años resulta una técnica ideal para conservar el rostro joven y firme y prevenir así el envejecimiento prematuro.
No obstante, aunque el ácido hialurónico es una sustancia natural, en los siguientes casos su aplicación está contraindicada:
- Cirugía de pómulos en un periodo inferior a un año.
- Tratamiento facial en las últimas 4 semanas
- Presencia de quemaduras solares en la cara
- Si ya tienes implantes en la zona de los pómulos.
- Si padeces de alguna enfermedad dermatológica, es importante consultar con el médico para comprobar que se puede realizar el tratamiento.
¿Cuánto dura los efectos de un aumento de pómulos con ácido hialurónico?
El ácido hialurónico al ser un material reabsorbible, sus resultados no son permanentes, tiene una duración que oscila entre los 9 y 12 meses, no obstante, esto dependerá de las características de cada persona, tipo de piel, cuidados complementarios, entre otros.
La calidad del producto también juega un papel fundamental, por eso desconfía de descuentos en el tratamiento porque solo afectará a los resultados y su duración.
el yoga facial realizado a edad temprana es una alternativa para disfrutar de los beneficios del ácido hialurónico por más tiempo.
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