La blefaroplastia es una de las cirugías faciales que mejores resultados consigue siendo además de las menos invasiva. Se trata de una intervención ambulatoria que se realizada bajo una sedación suave y local.
Se puede rejuvenecer la mirada de forma muy natural con una intervención quirúrgica rápida e indolora cuyos resultados son duraderos a largo plazo durante años.
Esta es la gran diferencia frente a tratamientos menos invasivos como son los de medicina estética donde se hacen uso de otras técnicas como son los hilos tensores externos, y cuyos resultados son menos evidentes y duraderos.
Sin duda, cuando hablamos de blefaroplastia (ya sea superior o inferior), el postoperatorio es una de las principales ventajas que encuentra el paciente frente a otras cirugías, tal y como te hemos contado en otra ocasión.
Pero hoy no quiero ser yo quien os hable de cómo es el postoperatorio de esta intervención, quiero que lo haga Eugenia, una de mis pacientes, que presentaba exceso de piel en los párpados superiores, lo que envejecía su mirada y hacía que no estuviera contenta con su aspecto.
Lo que más me disgustaba de mi aspecto físico era la tristeza de mi mirada y los años de más que me echaba encima esos párpados caídos. No era yo.

Temores de la paciente sobre la blefaroplastia
Eugenia tenía claro que quería operarse pero tenía miedo del postoperatorio y de la propia intervención ya que la zona de la mirada es muy sensible y afecta a uno de los sentidos más importantes: la vista.
Mi labor como cirujana plástica fue analizar y valorar su caso de forma personalizada y aclarar todas sus dudas, y es que sus temores no tenían razón de ser:
- La vista no puede verse afectada: durante la intervención, son abordados solo los párpados y/o bolsas en los ojos por lo que la visión no puede quedar comprometida.
- El postoperatorio es indoloro: el paciente no siente dolor después de una blefaroplastia, si bien puede sentir ciertas molestias como sequedad en los ojos (debido a las medidas que se toman en para su protección después de la exposición de la córnea a la luz del quirófano), pero nunca dolor.
Todas las preocupaciones que tenía se resolvieron rápidamente con la doctora. Explica las cosas de forma directa, sencilla y sin edulcorar. Tenía claro que la solución para mi caso era quirúrgica y no de medicina estética, ya que necesitaba resultados permanentes.
Eugenia además de exceso de piel en los párpados superiores tenía una verruga en la zona inferior del ojo, por lo que aproveché la intervención para quitársela, aunque para ella era totalmente secundario.
El postoperatorio de Eugenia tras someterse a la blefaroplastia
El postoperatorio no tuvo ninguna complicación, y Eugenia se recuperó rápidamente llevando a cabo los consejos médicos que la dimos:
Los resultados de la blefaroplastia no los vi inmediatamente, ya que tenía morados y pegatinas en los ojos. Pero poniéndome hielo en la zona fui mejorando poco a poco y con una gasa húmeda evité la sequedad. ¡Ah y desde el primer día usé gafas de sol tal y como me recomendó la doctora!

Si te preocupa el aspecto de tu mirada, tienes bolsas en los ojos o párpados caídos, en la consulta de la Doctora Patricia Mancebo podemos ayudarte y valorar tu caso de forma personalizada. Llámanos y pide cita.
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